martes, 4 de abril de 2017

Playa del Chorrillo





Dejas en las arenas el rastro de un vestigio 
que vibra acompasado
en la huella del alma pura que no se pierde
en revistas que yacen vestidas de fracaso,
ilusiones sin voz que gritan en el muro
donde esperas que torne mi nombre entre las piedras,
y dejas la distancia
de tu olvido a mi alcoba
con el reproche inquieto de una amante exiliada
que borda los delirios de juventud perdida
cuya camisa sigue latiendo en un poema.

Entre las flores nuevas que no supe enviarte,
entre los verdes trigos 
sigue firme la aurora como un sueño de luz
que se posa en la calma cuando llega tu efigie
de la playa a la orilla y alienta los deseos. 

Sigue abierta en tu rostro la primera sonrisa
entre el mar y los montes que cubren los paisajes,
entre pájaros tercos que cantan al mañana
y te llevan la espiga de un vuelo enmarañado
para tejer laureles
de un sentimiento antiguo.

Eres como los astros que mueven los recuerdos,
como el árbol que llora la tristeza del mundo,
una sombra que siente
entre los espigones un  requiebro perdido
de asonancia sentida en tus labios de sal,
eres como ese faro que nunca encontró puerto
y busca sin descanso tu mirada en la cruz
para sentir que muere el peso de una culpa,
entre libros gastados y un mástil desteñido
penetras en el vientre de una esperanza incierta
porque nunca te rindes ni niegas el pasado.

(17 de octubre de 2016)

2 comentarios:

Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.