lunes, 13 de noviembre de 2017

Lluis Llach - Laura



Estamos de acuerdo, Juanlu, en lo fundamental; Lluis Lach es un gilipollas, un xenófobo y un supremacista. Es cierto que, como artista, queda muy por debajo de Serrat, lo que es lógico teniendo en cuenta la envergadura de las alas del noi del Poble Sec. Pero hubo un par de años que estuvo con él en las alturas, precisamente los años en que lo conocí y publicó "Viatge a Ítaca" y "Campanades a morts". Era un ídolo para esos muchachos españoles que tanto llegaría a despreciar; “L’estaca” era un himno que buscaba la libertad, “Silenci” una exquisita canción de culto y resistencia con la mirada.

Ya sabes que no es frecuente que un artista sea mala persona, suelen estar demasiado pagados de sí mismos para pensar que pueden hacer daño a los otros, pero ocurre. El ejemplo más ilustrativo que nos ponen es el de Elia Kazan, quizás el mejor director americano de los 50, delató a sus antiguos compañeros de partido durante la Caza de brujas. Quiso quitarse el peso de la culpa rodando, ni más ni menos, "La ley del silencio", pero el daño ya estaba hecho y algunas carreras destrozadas. Desde luego que Lluis Llach no puede competir con él como artista, pero como delator le gana, su repulsa a lo que cree diferente nos salpica a millones de españoles, y a millones que, además, son tan catalanes como él, por mucho que le pese. 

“Laura” es una canción con un profundo y ensoñador sabor mediterráneo en la que nos demuestra que la amistad puede ser tan hermosa como el amor, cuando solo nos queda dar aliento, cuando se atraviesan juntos las tormentas. Una joya perdida y única que desconocen demasiados españoles.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.